El invierno, para el fotógrafo de naturaleza, representa una estación llena de grandes oportunidades. Dos elementos, la nieve y el hielo (sin dejar al margen la niebla), me impulsan a salir con la cámara de manera casi irracional. La nieve, que convierte en idílicos cada uno de los bosques y montañas que toca, y, el hielo, capaz de conseguir sugerentes formas y texturas. En busca de éste último, decidí escaparme hasta la cabecera del río Ter, en la Vall de Camprodón.
Canon EOS 20D, EF 100mm f/2.8, 100 ISO
Canon EOS 20D, EF 28-105mm f/3.5-4.5, 200 ISO
Canon EOS 20D, EF 28-105mm f/3.5-4.5, 200 ISO
Canon EOS 20D, EF 28-105mm f/3.5-4.5, 200 ISO
1 comentario:
La de las burbujas azules, ni al mejor diseñador en sueños se le puede ocurrir. Me tiene fascinado. Un saludo.
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